Concha Lagos
Concepción Gutiérrez Torrero (1907-2007), a quien conocemos con Concha Lagos, nace en Córdoba, ciudad a la que permanecerá ligada de por vida y a la que regresa a través del recuerdo, pero que abandona a los 9 años. Destinada a pasar la mayor parte de su vida en la provincia de Madrid por motivos familiares y obligada a despegarse rápidamente del idilio de la infancia, la escritora siempre vinculará esta primera etapa con Córdoba, siendo la luz, el sol, las estrellas y la Naturaleza sus constantes simbólicas más reiteradas.
El desafortunado traslado a Madrid lo vive con ojos dedicados a la literatura, pues lee sin orden cuanto cayó en sus manos, como ella misma expresa en entrevistas con Alfredo Gómez Gil (1981). Es en una escapada veraniega de Madrid a San Rafael (Segovia), con apenas 18 años, cuando conoce al que será su marido año y medio más tarde: Mariano Lagos (a quien ella llama Mario en todo momento). Se trata de una figura importante para la activa vida cultural que Concha Lagos mantendrá durante toda su vida, pues es con quien abre el Estudio de Fotografía Lagos, en lo que hoy conocemos como la Gran Vía de Madrid. Numerosas figuras notables dentro del ámbito de la cultura española visitan al matrimonio en el estudio. En esta época, a principios de 1928, Concha Lagos intercala su trabajo con su preparación cultural, pues se dedica al estudio de música y Filosofía y Letras. Posteriormente, en 1936, al mudarse a Galicia por el estallido de la guerra, comienza la faceta creativa de la que termina siendo una escritora prolífica tanto en poesía, como en narrativa y teatro.
Cabe destacar su faceta como editora y directora de la revistaCuadernos de Ágoradesde 1956 a 1964. Edita y publica la primera antología de posguerra,Veinte poetas españoles, junto a Rafael Millán. Organiza también la conocida tertulia “Los viernes de Ágora”, donde acuden numerosas figuras del panorama literario español del momento.
En su obra plasma esta faceta de su vida, su continua dedicación y vocación por su trabajo, así como da testimonio de sus sentimientos, anhelos, lamentaciones o recuerdos. Conocemos su personalidad a través de su escritura, pues plasma de manera sincera su carácter y pensamiento, de forma que podrían apreciarse, tanto su poesía como en su narrativa, claras notas autobiográficas. Se muestra, a su vez, profundamente crítica hacia aspectos de su entorno literario y social, por lo que leerla permite conocer lo que era la España de su momento.